lunes, enero 21, 2008
Sólo supo Paula que Emilio había desaparecido cuando entró en la casa; sólo entonces, al comenzar a sumergirse en aquel extraño paréntesis, alcanzó a sentir la aterradora sensación de inestabilidad que ya iba a acompañarle a lo largo de su búsqueda, tratando de abarcar en su totalidad aquella historia que había convulsionado tan brutalmente su vida.
Félix Rotaeta. Merienda de blancos