martes, diciembre 25, 2007

 
POR QUÉ NO SOY CRISTIANO (11 de 15)
El problema moral
LLegamos entonces a las cuestiones morales. Para mí, hay un defecto muy serio en el carácter moral de Cristo, y es que creía en el infierno. Yo no creo que ninguna persona profundamente humana pueda creer en un castigo eterno. Cristo, tal como lo pintan los Evangelios, sí creía en el castigo eterno, y uno se topa una y otra vez con una furia vengativa contra los que no escuchaban sus sermones, actitud común en los predicadores y que dista mucho de la excelencia superlativa. No se halla, por ejemplo, esa actitud en Sócrates. Es amable con la gente que no lo escucha; y eso es, a mi entender, más digno de un sabio que la indignación. Probablemente todos recuerdan las cosas que dijo Sócrates al morir y lo que decía generalmente a la gente que no estaba de acuerdo con él.
Uno se encontrará con que Cristo dijo en los Evangelios: "¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo evitaréis el ser condenados al fuego del infierno?". Se lo decía a la gente que no escuchaba sus sermones. A mi entender éste no es realmente el mejor tono, y hay muchas cosas como éstas acerca del infierno. Entre ellas, claro está, el conocido texto sobre el pecado contra el Espíritu Santo :"Pero a quien hablase contra el Espíritu Santo, despreciando su gracia, no se le perdonará ni en esta vida ni en la otra". Este texto ha causado una indecible cantidad de aflicción en el mundo, pues las más diversas personas han imaginado que han cometido pecados contra el Espíritu Santo y pensado que no serían perdonadas en este mundo ni en el otro. No creo que ninguna persona un poco misericordiosa siembre en el mundo miedos y terrores de esta clase.
Luego, Cristo dice :"Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y expulsarán de su reino a todos los escandalosos y a cuantos obran la maldad; y los arrojarán en el horno del fuego: allí será el llanto y el crujir de dientes". Y continúa extendiéndose con los gemidos y el rechinar de dientes. Esto se repite en un versículo tras otro, y el lector se da cuenta de que hay un cierto placer en la contemplación de los gemidos y el rechinar de dientes, pues de lo contrario no se repetiría con tanta frecuencia. Luego, todos ustedes recordarán, por supuesto, lo de las ovejas y los cabritos; cómo, en la segunda venida, para separar a las ovejas de los cabritos dirá a éstos :"Apartaos de mí, malditos: id al fuego eterno". Y continúa :"Y éstos irán al fuego eterno". Luego, dice de nuevo :" Y si es tu mano derecha la que te sirve de escándalo o te incita a pecar, córtala y tírala lejos de tí; pues mejor está que perezca uno de tus miembros, que no que vaya todo el cuerpo al infierno, al fuego que no se extingue jamás". Esto lo repite una y otra vez. Debo declarar que toda esta doctrina, que el infierno es un castigo por haber pecado es una doctrina de crueldad. Es una doctrina que trajo la crueldad al mundo y dio al mundo generaciones de cruel tortura; y el Cristo de los Evangelios, si se acepta tal como lo representan sus cronistas, tiene que ser considerado en parte responsable de eso.
Hay otras cosas de menor importancia. Está el ejemplo de los puercos de Gadar, donde ciertamente no fue muy compasivo para con los puercos el meter diablos en sus cuerpos y precipitarlos colina abajo hasta el mar. Hay que recordar que Él era omnipotente, y pudo hacer fácilmente que los demonios se fueran; pero eligió meterlos en los cuerpos de los cerdos: Luego está la curiosa historia de la higuera, que siempre me ha intrigado. Recuerdan lo que ocurrió con la higuera."Tuvo hambre. Y como viese a lo lejos una higuera con hojas, encaminóse allá por ver si encontraba en ella alguna cosa: y, llegando, nada encontró sino follaje; porque no era aún tiempo de higos; y hablando a la higuera le dijo :" Nunca jamás coma ya nadie fruto de tí (...) y Pedro (...) le dijo :" Maestro, mira cómo la higuera que maldijiste se ha secado". Ésta es una historia muy curiosa, porque áquella no era temporada de higos, y en realidad no se podía culpar al árbol. Yo no puedo pensar que, ni en virtud ni en sabiduría, Cristo esté tan alto como otros personajes históricos. En estas cosas, pongo por encima de Él a Buda y a Sócrates.
Bertrand Russell

Comments:
Pues es verdad, y sin embargo la llamaban "santa ira". Siendo generosos, podríamos pensar que la culpa de la transmisión de estos mensajes haya sido de los evangelistas, y que fueran ellos los que quisieran amedrentar al personal. Y bastante bien lo hicieron, dicho sea de paso.
En fin, que ¡Feliz Navidad!
Géminis
 
Nuevamente es el miedo el responsable de casi todo.
Hacefalta
 
Lo desconocido nos produce inseguridad y miedo. Por eso solemos ser muy resistentes a los cambios.
El conocimiento, sin embargo, nos hace más seguros y nos libera de los temores. Por eso los dictadores reprimen siempre la cultura y el conocimiento.
Hacefalta.
 
Estoy plenamente de acuerdo contigo "hacefalta", muy acertada tu argumentación, aunque desgraciadamente estamos en la dictadura del consumo, que nos tiene drogados.
 
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