jueves, octubre 18, 2007

 
El verano pasado, el viejo chalet de tía Isabel fue condenado al derribo. Cercado por rugientes excavadoras y piquetas, aquel jardín que el desnivel de la calle siempre le mostró en un prestigioso equilibrio sobre la Avenida Virgen de Montserrat, al ser ésta ampliada quedó repentinamente como un balcón vetusto y fantasmal colgado en el vacío, derramando un pasado de aromas pútridos y anticuados ornamentos florales, soltando tierra, raíces cercenadas y residuos de agua sucia por las heridas de sus flancos.
Juan Marsé. La oscura historia de la prima Montse

Comments:
Esto es otra cosa. Con qué pocas frases ves la imagen que quiere transmitirnos. Que suerte tienen algunos de escribir así!!!.
Géminis
 
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