miércoles, junio 20, 2007

 

El jardín de María

Me voy a colocar las lentillas de madera, ¡ a ver si tengo suerte y acabo pronto! -que he quedado para ir al parque-, y sobre todo no pierdo ninguna, que ayer fue un desastre, se me fueron cuatro por el tragadero, con eso de que el tapón - por la mañana, siguió el mismo camino que las lentillas por la tarde- me hizo la jugada. En la tienda estaban mosqueados, cuando compré la cuarta, entre risas y caras de molestia me preguntaron si me estaba haciendo una sopa de lentillas, por supuesto no me molesté en contestar, como hoy en día no se respeta nada , una ya está acostubrada. Bueno, voy a comenzar a colocarlas, suerte y ¡hop!. Nada, sigo viendo, eso quiere decir que: o está debajo del párpado o está en el tragadero con sus amigas, o en el suelo. El caso es que siento una molestia horrible aquí arriba, voy a mirarme al espejo ¡ajá!, aquí está, en el párpado, será mejor que meta la mano y trate de ponerla en su sitio, pero no, duele mucho...y claro ¡ lo inevitable ! , estoy llorando que parezco una catarata, a ver, un poco más ¡ya la tengo!, bueno, no fue tan difícil, voy a intentar el otro ojo, éste ya lo tengo dolorido y es mejor dejarle descansar. Esta vez voy a mirarme en el espejo desde el principio, espero no hipnotizarme como la semana pasada, que si no llega a ser por la vecina que llamó al timbre, que me hizo despertar inmediatamente, aún estoy en estado catatónico. Bueno ¡ánimo! de nuevo voy a ir acercando la lentilla al ojo lentamente, así despacio, despacio ¡bien!, entró a la primera, es la primera vez que lo consigo, quizás éste sea el secreto: la lentitud, porque además de ahí viene su nombre, LENTILLA, ¡claro!, si no se llamaría rapidilla ¡qué inteligente soy! y que bien no veo ahora por el ojo iquierdo. Esto me da ánimo para intentar el derecho, y así, si me hipnotizo, sólo me dormiré de un lado. Por supuesto voy a utilizar la misma táctica, despacio, bien ¡es increible! ya está, ¿porqué no habré descubierto antes este sistema?. Lo malo de estas lentillas de madera es que noto algo de claridad, creo que han sacado ahora unas de hierro reforzado con no sé qué cosa que son maravillosas, más suaves incluso, aunque corren el riesgo de oxidarse, aunque siempre se pueden galvanizar, y lo bueno que tienen es que no pasa nada de claridad. Este invento de las lentillas para no ver es una gran cosa, ¡qué gusto da ahora salir a la calle, sin ver la basura que se almacena es las esquinas, ni pobres mendigando, ni peleas, en fin que todo son ventajas. Bueno ¡marcho! voy a coger la chaqueta para el fresco y por descontado mis tapones para no oir todas esas cosas desagradables, como son los insultos, obscenidades, el claxon de los coches ¡Ay! ¡ qué mundo tan horrible me ha tocado vivir!, menos mal que la ciencia adelanta y podemos seguir viviendo y disfrutando sin las molestias de esta civilización...

Comments:
Pues yo me he amputado las piernas porque para lo que hay que ver en la calle... y he conseguido una sordera maravillosa a base de horas de trabajo como mecánica de aviones. No veas que gusto, porque para lo que hay que oir...
Ahora estoy pensando en hacer lo mismo con los brazos, porque para lo que toca una...
JA JA JA, tararí que te ví.
Estabas alegre ese día, ¿eh, jardinera?. Me ha recordado al libro de Saramago "Ensayo sobre la ceguera". Madre mía!
Besitos,
Géminis (hoy más que nunca)
 
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