sábado, febrero 17, 2007

 


Pocas familias encontraremos tan ligadas al prestigio intelectual de la Alemania romántica como la de los Mendelssohn.

Moisés, el abuelo, de raza judía, supo elevarse sobre una infancia y juventud llena de privaciones, a fuerza de tesón e inteligencia. Fue un gran pensador, estudioso de Maimónides, Leibnitz, Locke, Spinoza...considerado como uno de los fundadores del iluminismo alemán, defensor de una religión natural, sin ritos ni adscripciones a credos dogmáticos y cuya actitud motivó la famosa disputa filosófica sobre el panteísmo a finales del siglo XVIII.

De los hijos de Moisés, Dorotea casó dos veces, en primeras nupcias con Simón Veit, matrimonio del que nació el pintor religioso Felipe Veit, que fue director de la Escuela de Bellas Artes de Francfort. En segundas nupcias casó Dorotea con el poeta y filósofo Federico Schlegel, promotor del movimiento romántico en la literatura alemana. La misma Dorotea era una notable escritora.

Otro de los hijos de Moisés, Abraham, luchando contra los prejuicios y hostilidad latentes contra su raza, se dedicó al mundo de los negocios con acierto. Fue primero empleado en la Banca Fould de París, estableciéndose más tarde por su cuenta, junto a su hermano José, en Hamburgo. En 1.813, huyendo de las tropas napoleónicas se trasladaron los dos hermano a Berlín, donde sus negocios prosperaron rápidamente, alcanzando una gran fortuna.

Abraham, se convirtió al protestantismo, dejando su religión tradicional, con el fin de facilitar la cerrera de sus hijos. Fue entonces cuando añadió a su apellido Mendelssohn, típicamente judío, el de Bartholdy, que tomó de unos terrenos de la familia de su mujer a orillas del río Spree. De esta forma se distinguiría a los Mendelssohn cristianos de aquellos otros familiares, incluídos los de su esposa, que profesaba la religión hebraica. La esposa de Abraham, Lea Salomon, pertenecía a una familia prusiana de banqueros y era una rica heredera cuando contrajo matrimonio. Mujer sensible, inteligente y cultivada, sumisa a la autoridad patriarcal, fue la primera profesora de música de sus hijos. Tuvo cuatro: Fanny, Félix, Rebeca y Pablo. Dos de ellos Fanny y Félix destacaron rápidamente en el mundo musicall alemán.

Con estos antecedentes familiares no carece de lógica la precocidad con que Félix Mendelssohn mostró sus dotes artísticas, realmente excepcionales.

Mendelssohn, el paraíso perdido. Andrés Ruiz Tarazona.

Félix Mendelssohn. Sinfonía nº 5 re m, op. 107 (La Reforma)


Comments:
Muy interesantes estas pequeñas biografías. Así, cuando vamos al concierto, parece el de un conocido. Gracias por el trabajo.
Nosequiensoy... je je
 
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