domingo, enero 07, 2007

 


Apenas llegué , remití a Goethe la carta de Zelter . Me invitó a comer y no salí muy contento . Me pareció cambiado , poco comunicativo , casi taciturno . Pensé para mis adentros si aquello sería una manera indirecta de sondear , de estudiar qué especie de muchacho era yo ... En seguida me hizo sentar al piano ... luego , divertido con mi charla llevó el tema a Hengstenberg y su "Teología" , después a Hegel y su "Estética" , o sobre Spontini y su "Vestal" ... Esta mañana he tocado por espacio de una hora en su presencia , siguiendo el orden de los grandes compositores . He acompañado mi ejecución de notas histórico-críticas sobre el progreso y desarrollo del arte . Me ha oído sentado , serio , severo , cual Júpiter tonante que lanza a su alrededor los rayos de su mirada y de quien se teme que llegue a fruncir el entrecejo . Al llegar a Beethoven no quiso que habláramos de él ; pero tuvo que pasar por ello cuando oyó el primer tiempo de la "Sinfonía en do menor" , que le conmovió extraordinariamente , más no quiso dármelo a entender y se limitó a exclamar : "Eso no conmueve , lo que produce es asombro" . Poco después no pudiéndose contener al oir otro pasaje , dijo :"Eso es grandioso , insensato , parece que se hunde la casa ..." Llegó la comida y durante ella se mantuvo pensativo , hasta que , haciendo yo recaer la conversación sobre Beethoven , de nuevo comenzó a interrogarme , a examinarme con viveza .

Encuentro en Weimar entre Mendelssohn y Goethe .

Felix Mendelssohn . La primera noche de Walpurgis .


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