domingo, noviembre 05, 2006
Intento descifrar el jeroglífico que mi cabeza reconvierte en un espejo de símbolos y dibujos que no logro identificar con ningún sentimiento cercano , por lo que los aparco en un lado de mi cabeza a la espera de más lúcidos momentos .
Miro una partitura y las notas se me enredan entre el pelo como pérfido pentagrama que no las deja escapar hacia su lugar de origen y se meten entre la piel camino de mi cerebro para construir inusitadas melodías nunca escuchadas .
Oigo palabras en idiomas extranjeros y me entran enfiladas por un oído para apoyarse en la puerta de la mente y esperar su entrada . Pero esa puerta cerrada a cal y canto , tiene orden de no abrirse nunca .
Los jeroglíficos , las notas y las palabras extranjeras , se encontraron , intimidaron y se hicieron amigos , y crearon un pueblo , primero , que después fue una ciudad para más tarde convertirse en una nación .
Y después me cerraron la puerta , y me expulsaron de su territorio .
Desde entonces vago de sala en sala , de cama en cama , de ducha fría en ducha fría , y me río de los barrotes que sellan las ventanas...
Magnífico texto. Ésto promete.
En fin. Wellcome for all the family.
Aquí uno sin cabeza.
Y en broma:
¡si es que nos quisimos meter con el chino mandarín y así nos va!
Géminis
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