viernes, febrero 29, 2008

 

Los viajes de Manolito
Piedra, campanas, cánticos a Alá, cantos frente al muro, hábitos marrones, tirabuzones negros, caras veladas de mujeres, piedra, gatos callejeros, hábitos blancos, tirabuzones pelirrojos, tiendas multicolores, especias, hábitos negros, piedra, lágrimas de emoción ante losas de la pasión, multitudes al sol en busca de historias ya contadas, soledad bajo la negrura amenazante de la noche, estrellas que marcan el principio y el fin de la fiesta, piedra, templos perdidos y presentes, volátiles sinagogas, doradas cúpulas prohibidas, iglesias, piedra, más iglesias, peregrinos perdidos ante multitudes, turistas, ciudadanos, piedras, árabes, judíos, católicos, armenios, coptos, ortodoxos, olores, sol, pistolas, oraciones, piedra, uniformes de guerra, piedras de historia... la historia... Jerusalén.
La jardinera

miércoles, febrero 27, 2008

 


...En una palabra: que no me conmueve su música. Su lirismo es letra muerta para mí.

Y sin embargo, debo reconocer que Héctor Berlioz es uno de los compositores más importantes de la historia de la música. Más aún: si Berlioz no hubiese existido, hubiera sido preciso inventar otro Berlioz para ponerlo en su lugar. Y es que ese formalista -auténticamente "formalista", en lo instrumental- fue sencillamente el creador de la orquesta moderna. Weber la había intuído. Berlioz la fijó, con un sentido tan profético, tan agorero, de sus posibilidades presentes y futuras, que hasta los días de Richard Strauss, no se inventó nada nuevo en el terreno de la instrumentación. Puede no gustar a algunos la Sinfonía fantástica (como no me gusta a mí, en cuanto al contenido), pero nadie podría negar que su estreno fue el acontecimiento musical más importante que haya tenido lugar, en Europa, en los años que siguieron a la primera ejecución de la Novena sinfonía. Era el primer gran paso de avance: la instauración de una nueva técnica, el nacimiento de un nuevo concepto de la orquesta. No importaba que la materia misma -el lirismo- de Berlioz fuese pobre: lo que contaba era la realización; el continente, más que el contenido. Generaciones y generaciones de músicos se nutrieron, durante el siglo XIX, del "Sueño de una noche de aquelarre", como se nutrieron, también del Scherzo de la Reina Mab, de La carrera al abismo, de la Fuga sobre el tema de Brander. Sin hablar de ese abecé del método, que es, para todos los compositores, el Tratado de instrumentación de Berlioz.

Alejo Carpentier. Art. para El Nacional , Caracas, 27 de enero de 1954.

Héctor Berlioz. Sinfonía Fantástica op.14.


 
La muchacha dorada se había zambullido desde el patín y el hombre aceitunado y calvo braceó enérgicamente para acercársele, presenciar su vuelta a la superficie, sorprender el brillo de la carne húmeda salpicada de agua y sol. Rabiaba la claridad del mediodía. El hombre aceitunado y calvo recuperó la vertical, comprobó que apenas le cubría el agua y trató de localizar a su familia sobre la arena. Una mujer cúbica lavaba enérgicamente a un niño.
Manuel Vázquez Montalbán. Tatuaje.

jueves, febrero 14, 2008

 


idea profunda nº 3

es una tontería

leer

lo que no vas a

leer


 
Desde la puerta de "La Crónica" Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En que momento se había jodido el Perú?.
Mario Vargas Llosa. Conversación en la catedral

jueves, febrero 07, 2008

 


Music is music whether it is for the stage, rostrum or cinema. Form may change, the manner of writing may vary, but the composer needs to make no concessions whatever to what he conceives to be his own musical ideology...

E. W. Korngold. (interviewed in 1946)

Erich Wolfgang Korngold. Concierto para violín y orquesta en Re M. (1947)


 
Anochecía cuando la silla de posta traspuso la Puerta Salaria y comenzamos a cruzar la campiña llena de misterio y de rumores lejanos. Era la campiña clásica de las vides y de los olivos, con sus acueductos ruinosos, y sus colinas que tienen la graciosa ondulación de los senos femeninos.
Ramón del Valle-Inclán. Sonata de primavera

lunes, febrero 04, 2008

 
EL JARDIN DEL AGUA

Soy el discontinuo renglón torcido bajo la insospechable cara de la certeza divina. Soy quién cronometra tus pensamientos en contra de la velocidad de la luz. Soy quien irrumpe en los senderos, quien crea tus miedos. Simplemente, a sabiendas de que no cesa fuerza ni poder, mi inmensidad acaece sobre los más remotos parajes cubriéndolos de un manto de color en cada pincelada.
Relato los libros sin sucumbir siquiera en la locura, con una paz y armonía sublime, que hace que me arrodille ante cada creación. Soy el cantautor de las palabras, el crepúsculo guía de miradas perdidas y almas dormidas. Diviso el infinito, invierto mar y cielo con tan sólo un ligero soplo de aire fresco. Soy el héroe de todas las infancias, el recolector de inocencias perdidas.
Detengo cada espacio en el tiempo, creo lagunas mentales y tergiverso tu verdad hasta que no sepas quien soy.

 
Era a Rosa y no a su hermana Gertrudis, que siempre salía de casa con ella, a quién ceñían aquellas ansiosas miradas que les enderezaba Ramiro. O, por lo menos, así lo creían ambos, Ramiro y Rosa, al atraerse el uno al otro.
Miguel de Unamuno. La tía Tula

This page is powered by Blogger. Isn't yours?